24 feb 2013

A veces necesitas matarte para sentirte vivo, no se si me entendéis, pero por irónico que suene lo veo muy cierto, el quitarte algunos minutos de vida con cualquier mal vicio solo para recordarte que sigues vivo y que vas a seguir estandolo durante una larga temporada.
Supongo que es la única posibilidad que te lleva a beber que no contemplo Bukowski, que como bien dijo algunos beben para olvidar, otros para celebrar y otros beben esperando que pase algo. Beben para olvidar algo que les marco para el resto de su vida, para olvidar que ahora forma parte de ellos y para celebrar que solo queda en un recuerdo.
No podría beber para olvidar, por que desinhibida la cabeza me afloran los recuerdos, de las tardes de verano, de aquellos par de paseos por la playa, de dejarnos caer siempre en la misma cama durante toda la semana.
No podría beber brindando, celebrando en mi soledad los huecos que he dejado, las estanterías vacías de méritos  diplomas o medallas, fingiendo que he logrado algo mas que sencillamente mantenerme respirando.
Y finalmente no podría beber esperando que pase algo, por que lo único en lo que confio y lo único que espero ya es que alguna de estas copas, en una mala noche haga flaquear mis fuerzas, haga mella finalmente y me golpee con la bastante fuerza como para valorar la vida que he dejado atrás.
Y finalmente insisto en la triste ironía de matarte lentamente para darte cuenta de que te mantienes vivo, para que finalmente, una vez te has consumido te fijes en todo lo que has marchitado, tiempo atrás.