Adios.

Ya te has marchado,
ya has abandonado mi cuerpo tibio.
No vas a volver nunca mas,
ni tan solo te plantearas volver a atras.
La culpa fue mia y aun asi te exijo que vuelvas.
Pero no lo haras.
Ya has tenido bastante, ahora crees que es un juego.
No quieres saber nada mas de mi, no quieres volver a verme sonreir.
Antes de despedirnos te pido un ultimo beso.
Un ultimo beso que me de fuerzas para continuar.
Me respondes posando tus labios sobre los mios.
Me ofreces otro mas y te marchas.
Te sostengo la mano, te recuerdo cuanto te quiero y te vas.
Tomas ese tren, ya no te vere mas.
Cuando vuelvas seras otra,
con otros ojos,
con otros gustos,
con otros labios
y con otros amores.
Me dejas encerrado en tu recuerdo,
perdiendome entre tus palabras y gestos,
chocando contra la memoria de todos y cada uno de tus besos.
Mis palabras no valen nada y no puedo pedirte que esperes la prueba de mis actos.
Pero todas las noches, mientras sueño, te susurrare al oido que te quiero,
con una vez que tiembla insegura de si misma,
una voz que ha soportado el dolor,
que ha sobrepasado la culpa,
una voz que no aspira a la redencion.
En mis sueños siempre te susurrare que te quiero.