29 abr 2011

Es basura.

Dios sabe lo que vi, Dios sabe cuando lo vi, y solo Dios sabe que ya no lo volvere a ver.
Entre, no sabia que hacia alli, no sabia cuantos de mis amigos estarian alli, solo abri la puerta.
La abro, observo y lanzo un saludo al aire hueco, ni una mera respuesta por simple eco, parecia inundado de vacio.
Cierro la puerta tras de mi, cruje la madera, choca el metal de la cerradura, noto un metalico olor en el aire.
El aire no apesta a sudor, no apesta a un basto humor, no apesta nada mas que a ese leve olor metalico.
Camino por el pasillo, todo esta oscuro, la pared desconchada, los armarios agrietados, esas maderas carcomidas y derruidas.
El pasillo se hacia largo, estrecho, infinito, silencioso, por un momento me senti como un niño en el seno materno.
Vacio, carente de emociones, de sonidos, de luces, de cualquier cosa que pudiera estimularme.
La puerta de la cocina abierta, el suelo cubierto por latas, esa luz que entra por la ventana y refleja en aquel charco de barato alcohol.
Tomo una, la abro, la espuma hace un bonito sonido, un sonido que anuncia mi embriagadez, me la llevo a la boca, un alcohol caliente con cebada me recorre la garganta.
Suspiro y vuelvo a respirar, retomo mi camino por aquel pasillo oscuro, el camino al pecado, el camino al dolor, eso parece.
La puerta al final estaba cerrada, se podia avistar una figura tras el cristal sucio, nada parecia extraño hasta que gire el pomo y la empuje con levedad.
La puerta no solo dio paso a la luz de una aireada e iluminada habitacion, de paredes blancos y suelos de madera, no solo dio paso a una habitacion que no transmitia nada.
Un charco de emociones derramado por el suelo, un charco de sensaciones pasadas, dejada por unos cuantos yos putridos, por unas emociones muertas, por unos momentos que nadie recuerda.
Enmedio se alzaba la figura de un hombre, el tambien lleva una lata de cerveza en una mano cubierta por un negro guante, un negro guante que cubre una blanca piel,
 una blanca piel cubierta por una blanca camisa remangada, gira su cabeza, te mira, no puedes evitar fijarte en la mascara que oculta su rostro, es como un espejo,
un espejo que dicta como eres, que dicta como vas a vestirte, como vas a sentirte y como vas a pensar.
Y el, sombra del dia a dia, de una vida actual, de una moda que nunca pasa gira su cuerpo, y sacando su mano izquierda de bolsillo toma el pomo de la puerta y la cierra frente a tus ojos.
No vas a ver mas, no vas a entenderlo, no te molestes en pensarlo, esos cadaveres, son tu cuerpo, esa sangre, eran tus ideas, aquel dia eras tu el que habia muerto.
Desde ese momento y hasta el dia de hoy no he sentido mas que un helado vacio en mi corazon.

No hay comentarios:

Publicar un comentario