2 dic 2012
Abre y cierra los ojos, muy rápido, de seguido, intenta recuperar la visión mientras el dolor punzante se acentúa en su sien, antes de recuperar la visión otra patada lo vuelve a tumbar en el suelo. Doloroso golpe en el costado, puede con el piensa. Al intentar levantarse otra vez, la suela del zapato lleva su cráneo contra el suelo, le pita el oído esta mareado, se recuerda a si mismo que ha sobrevivido a peores peleas. Se levanta, como puede, se tambalea, y mientras recupera la visión escupe la sangre que le llena la boca, en la mancha carmesí distingue un par de manchas blancas, un par de dientes menos, piensa. Mueve la cabeza bruscamente, necesita que se le pase el mareo, el oído le pita, la sien le aprieta y sus costillas le queman, se tambalea y apoya la espalda en el coche que tiene detrás. Ve a media docena de tipos, mirándole riéndose no los conoce, deben de ser aquellos capullos del bar, los mismos que le dijeron que de volver el y su enorme bocaza le dejarían en tal estado que no podría volver a caminar hasta allí Si, deben de ser esos se dice, sonríe y un puñetazo se le clava en el costado, nota las costillas romperse bajo la camisa. ¿Pero que coño van a hacer los restos de un hombre, lo que queda el, para defenderse? Le vuelven a derribar y empieza la lluvia de golpes, se ríe como puede mientras se torna roja su mirada,de los huecos de los dientes le cuelga la sangre, sus carcajadas suenan como si se ahogara, no sobrevivirá a esta como creía No vivirá lo suficiente para ver el mañana, y mientras se marchan el tirado en el asfalto se ríe agotado, ahogándose el cuerpo le quema, la sien se le calma, el oído no le pita mas. El cabrón muere con una sonrisa.
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