Espera en la puerta del hospital, cada noche, incapaz de entrar, mira la puerta, se gira, da unos pasos y vuelve a mirar, mira las ventanas buscando un atisbo de ella.
La mujer que ama, la mujer que siempre fue parte de sus pecados se muere. Y mientras ella se marchita en la cama de un hospital su romance secreto, nunca eterno, se seca.
El nunca llegara a ser el marido que la toma de la mano mientras ella se marcha.
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